Econ. Dilio Hernández: Director del Centro de Investigación y Análisis Prospectivo,CIAP.

En el actual contexto de reapertura de la frontera entre Venezuela y Colombia el socioespacio fronterizo   redefine su importancia en tres dimensiones:

  1. En relación a los mecanismos para  la superación de los desequilibrios del desarrollo local que producen los procesos de integración y globalización. En este sentido  debemos destacar   que el  viraje de la apertura  abre nuevas perspectivas al socioespacio fronterizo para dejar de ser espacios económicos  marginales y débilmente integrados a la economía nacional y mundial (propio de los modelos centralistas ) que  durante años acentuaron los desequilibrios socioeconómicos locales y limitaron las oportunidades (efecto frontera negativo), para asumirlos como espacios dinámicos y abiertos, que aprovechando sus ventajas comparativas y competitivas, propicien  un mejoramiento de sus condiciones económicas y sociales para articularse a la economía nacional e internacional (efecto frontera positivo ).
  2. El refrescamiento del proceso de integración subregional. El perfil de los socio-espacios fronterizos como espacios de convivencia y complementariedad son claves  en el relanzamiento del proceso  de la integración subregional, estancada en los últimos años por la política exterior venezolana que la llevo incluso al abandono del Pacto Andino, en primer lugar, por la herencia de las tesis confrontacionales de la política de la Seguridad Nacional que hizo de los  conflictos “políticos” caldo de cultivo de las  posiciones anti-integracionistas,  y en segundo lugar,  las rivalidades y recelos de los intereses “económicos  metropolitanos ( cuyo escenario confrontacional primario son lo socio-espacios fronterizos),ambos componentes se transformaron en  elementos perturbadores para el logro de los objetivos de la integración transfronteriza.

El nuevo enfoque que se le imprima al proyecto integrador y la integración transfronteriza en el marco de la actual reapertura comercial  pasa necesariamente primero, por  una reducción de las tensiones y los recelos de las  disputas territoriales que subyacen  en la diplomacia metropolitana y se proyecta a  los socio espacios fronterizos como peligrosas del interés nacional, y segundo. por  una nueva óptica de la competencia económica  transnacional basada en la cooperación, la solidaridad, la convivencia y el reconocimiento de la especificidad de estos socio-espacios, de sus  oportunidades y potencialidades en los proyectos integracionistas

 La articulación de los socio-espacios fronterizos al proyecto integracionista  ha sido uno de  los nudos críticos que ha   enfrentado la integración económica subregional,  en consecuencia es necesario la promoción y ejecución de políticas de integración transfronteriza que apunten a su solución,  incluyendo medidas  de facilitación administrativa del intercambio,  mejoras de infraestructura física,  servicios públicos binacionales, logística al comercio internacional, redes financieras, etc. que no solo favorezcan la convivencia con el vecino sino que faciliten el propio proceso integrador.

Medidas y acciones que no pueden ser direccionadas  exclusivamente desde las capitales nacionales  bajo la óptica  de los modelos centralistas  que  ha caracterizado al proceso integrador latinoamericano   ( acentuando los desequilibrios locales en provecho de las economías metropolitanas); sino con el criterio de  lograr la participación real y efectiva de los habitantes de la frontera para en conjunto contribuir a superar las distorsiones y las desigualdades que las mismas políticas integracionista generan Es necesario propiciar mayores oportunidades de empleo, nuevas inversiones, innovaciones tecnológicas, mejores servicios locales a las corrientes del intercambio, etc. solo así estos territorios podrán convertirse en auténticos anillos o bisagras del proyecto de integración subregional.

3. La relación  comercio internacional y  los socio-espacios fronterizos , para convertir los socioespacios fronterizos en  puntos de enlace de la economía nacional  con la economía internacional, jugando un papel relevante en el esfuerzo de las regiones para actuar como bloques , mejorar su posición competitiva y acceder en mejores condiciones a los mercados internacionales. Esta condición de enlace, es la razón por la cual los grupos económicos nacionales y  los  capitales  transnacionales han  mantenido durante  años un interés especial  en los socio-espacios fronterizos como regiones económicas emergentes, aprovechando sus ventajas estratégicas y convirtiéndolos en auténticos espacios de atracción de inversiones y de negocios transnacionales (espacios económicos emergentes).