Los mercados financieros se han convertido en el motor de la economía mundial, es donde se transfieren fondos de los que poseen exceso a quienes los necesitan, permite que las empresas financien su crecimiento, que a las familias se les den créditos y que los gobiernos financien el gasto. Sin los mercados financieros las corporaciones no crecerían y los gobiernos no proporcionarían servicios públicos. Las familias y empresas que invierten en este mercado ganan un rendimiento sobre su inversión y esta inversión genera los fondos para que las empresas financien su desarrollo.
En este sentido, todos los gerentes de empresas a nivel global, entienden que es imposible crecer y prosperar sin inversión, por tal razón, es necesario realizar las inversiones requeridas, las cuales permitirán que las empresas generen flujos de caja positivos que conllevan a añadir valor agregado a sus compañías, para beneficio de sus accionistas y en pro de un mercado competitivo.
Es por medio de los mercados financieros que las empresas encuentran la manera más expedita de obtener fondos para realizar proyectos productivos, más aun si estos recursos son financiados en el mediano y largo plazo. El mercado de capitales al igual que el bancario forma parte de estos mercados financieros y se complementan el uno con el otro.
Específicamente en el contexto Venezolano, la estructura del mercado financiero lo rige el Órgano Superior del Sistema Financiero Nacional, conocido por sus siglas “OSFIN”; el cual se encuentra conformado por el sector Valores, Banca y Seguros.
En referencia al mercado de valores, se entiende como el conjunto de instituciones e instrumentos que permiten canalizar recursos financieros, desde los que poseen excedentes hacia los que necesitan financiamiento, a través de la negociación, intermediación y liquidación de títulos valores, de renta fija o variable, entre oferentes y demandantes.
La historia de este mercado en el mundo data del año 1602 con la creación de la primera bolsa en la ciudad de Ámsterdam – Capital de los Países Bajos. En el caso de Venezuela las operaciones datan del año 1805, a través de un permiso concedido por la Capitanía General de Venezuela a Bruno Abasolo y Fernando Key Muñoz, quienes crean en la ciudad de Caracas la Casa de Bolsa y Recreación de los Comerciantes y Labradores.
Los participantes de este mercado son diversos y todos tienen en común que deben estar autorizados por el órgano rector del mercado de valores venezolano, la Superintendencia Nacional de Valores (SUNAVAL); según la ley del mercado de valores en su artículo 3º las personas reguladas sometidas al marco de la ley son: personas jurídicas cuyos valores sean objeto de oferta publica (emisores), entidades de inversión colectiva, corredores públicos de valores, sociedades de corretaje de valores, casas de bolsa, asesores de inversión, bolsas de valores, corredores de valores agrícolas, casas de bolsa agrícolas, bolsas agrícolas, caja de valores, agentes de traspaso, sociedades titularizadoras, cámara de compensación de opciones, futuros y otros derivados, calificadoras de riesgo y firmas de contadores públicos.
Actualmente en Venezuela existen cuatro (04) bolsas de valores autorizadas, la Bolsa de Valores de Caracas (BVC), la más antigua del país, sus operaciones comenzaron el 21 de abril de 1947 y es la que posee actualmente el mayor volumen transaccional y en la que diariamente cotizan títulos de renta variable de unas 31 empresas de capital venezolano; la Bolsa Publica de Valores Bicentenaria (BPVB), creada en el año 2010; la Bolsa Descentralizada de Venezuela (BDVE), autorizada en el año 2020 y actualmente se encuentra en proceso de reapertura la Bolsa de Productos e Insumos Agrícolas de Venezuela (BOLPRIAVEN), la cual fue autorizada en el año 1990 y espera comenzar operaciones nuevamente a finales de este año 2021.
En referencia al financiamiento que pueden obtener las empresas por medio del mercado de valores venezolano, se ofrecen dos importantes instrumentos, los cuales se clasifican en renta variable y renta fija. La Sunaval define la renta variable como “el conjunto de valores mobiliarios cuya rentabilidad en forma de dividendos no es fija, sino que dependerá de determinados hechos relacionados con la empresa que los emite, como los beneficios obtenidos, política de reparto de dividendos; son valores de renta variable las acciones, las obligaciones convertibles y las participaciones en fondos de inversiones entre otros” y se entiende por renta fija, a “los valores mobiliarios cuya rentabilidad es constante e independiente de los resultados obtenidos por la unidad económica que los emite.” La renta variable implica riesgo alto ya que la cotización de los títulos se produce diariamente de acuerdo a las transacciones en Bolsa y la renta fija se considera de bajo riesgo, ya que posee un rendimiento ajustado al riesgo país y a las particularidades de la empresa que los emite.
La principal ventaja de este mercado en al ámbito del financiamiento para empresas venezolanas, es que permite la obtención de capital de trabajo a tasas atractivas, no indexados al tipo de cambio, no pignorado a depósitos en el extranjero y de acuerdo al plazo que el mercado contemple de acuerdo al instrumento financiero adoptado para tal fin, por lo que, el mercado de valores estimula el desarrollo productivo y económico del país, sin ejercer presión sobre variables macroeconómicas como el tipo de cambio y la inflación.
Otra de las principales ventajas es que cualquier tipo de empresa, sin importar el sector económico al que pertenezca, puede financiarse en este mercado, desde las grandes corporaciones hasta las pymes, además personas naturales y jurídicas bajo la figura de cajas de ahorro, fondos de pensiones y cooperativas pueden transformar sus ahorros de los asociados en inversión, al generar un rendimiento mayor al bancario, sin mínimos de inversión.
María Andreina
Nahas García
Presidente
Andina de Valores SCV SA
@andinadevalores